martes, febrero 28, 2006

Historias de poetas muertos

1

La vida estaba retozando en otra parte.

Abrasaba calles el sol, espaldas encorvadas.

La Luna amparaba labios en el beso, soledades.
Coqueteaba con los adolescentes turbios,
provocaba cataclismos, nacimientos, lagos de fuego.

La tierra seguía girando extasiada.

Los ancianos conversaban con su sombra, atrapados en el tiempo.

Y en todas partes apuraban sorbo a sorbo los hombres sus demonios.

¿Y tú?

¿Dónde estabas,

Infausto desojado sordo contumaz y mentecato poeta de mierda?

2

He aquí
La experticia

No hubo puñaladas
No hubo balas
No hubo disturbios
De ningún órgano vital

Sí palabras esparcidas por todas partes

Como era de esperarse
El poeta murió silenciosamente

3

Yace aquí el más triste Rapsoda de la Era de los Cuantos
Quiso Baladas para recomponer la Noche y sus Guarismos
Pero la Diosa Descolorida jamás pasó frente a su Hogar…

4

Hay un cielo pintado en el techo
Hay un poeta atrapado en el poema
Hay afuera un niño colgando de la puerta
Y en este nicho hay una ventana que conduce a otra ventana

sábado, febrero 25, 2006

Paolo et Francesca


¿Hacemos el amor o el amor nos hace? ¿Qué somos cuando el amor nos alcanza? Cuando retoza o se va, ¿qué somos? Desde fuera, amar apenas es un cuadro oscuro destinado a la mirada inquisidora. Y, a veces, algo así como lentas danzas de peces por el lienzo: Paolo et Francesca... una historia para la eternidad descalza. Los cuerpos al viento, en el abrazo. Los ojos cerrados, atrapando el instante. Dos abismos para un mismo paso: tú de mí en la dermis fluvial y lunática, costilla yo de ti en la dolencia del placer. Cuerpos en olas, leves. Ingravidez del amor sobre la sombra. ¿Serán del abismo corazón, acaso curso en desventura, simples sustancias del deseo, siluetas?

martes, febrero 21, 2006

Desencuentro

Buscar la Patria es buscarse: Saberse perdido...

Visión de Patria


Un murmullo de hojas secas
Un largo letargo de lagartos
Un bostezo que se prolonga

Territorio inasible la patria

Discursos
que dan vueltas
atrapados
en una pompa de jabón

La Patria

Donde el mapa
tiembla

diminuto

a punto de disolverse
en la mirada

domingo, febrero 19, 2006

Polvo, a penas

apenas polvo

siluetas buscando
su ventura

cuerpos en sombra
los dos
signaturas en fiebre

silencio y esperanza

estructuras de viento
labios que esperan el beso
tempestades

mundos en apetito y soledad

seres informes tú y yo

aún el amor no nos hace...

jueves, febrero 16, 2006

Voluntad de niño contra la muerte

Contra la muerte
El amor es un niño

En su imponente voluntad de vivir
Cuerpo y alma retozan con las horas

Con él se repite la historia del mundo
Y cobran sentido los dioses, las palabras.

Muerte en un mercado iraquí

Vino con hambre a comprar un poco de tiempo,
y el tiempo y el hambre se perdieron en sus ojos.

miércoles, febrero 15, 2006

Con los míos cerrados

Los veo brillar a lo lejos
Negros
Y acaso tristes
Refugios de paisajes
Silenciosos
Provocando si saberlo
Estremecimientos
Ternuras digitales
Lunas agitadas
Murmullos

Los veo danzar
Sobre la grama
Buscando definiciones de la vida
Los veo
Tratando de esconderse
O penetrar
Abriendo puertas
O cerrándolas
Acaso atormentados por la luz

Los veo

martes, febrero 14, 2006

"Un caracol nocturno en un rectángulo de agua"


Un libro de Lezama Lima es una selva verbal, una verdadera orgía de palabras. Hay allí criaturas asombrosas: enormes moluscos, diosecillos verdes, mamíferos hermafroditas, príncipes orientales, reptiles en camuflaje y aves variopintas, muchas aves (de rapiña, de carroña, de paraíso y de corral)… Un magnífico universo de palabras, donde sólo es posible acceder a ‘la realidad’ por el laberinto gozoso de la imagen. Una aventura sigilosa, diría él, diré yo, en la que cada fragmento busca su imán constantemente...

La Poiesis lezamiana va más allá de la relación erótica entre la realidad y la palabra: el verbo se busca en otro verbo (las palabras hacen el amor) para excitar en potencia la realidad a la que aluden: "Cemí observó que ya ambos se continuaban sin posibilidad de interrumpirse, de tal manera que cuando Ynaca Eco comenzó de nuevo a hablar, la pausa de Cemí era una concha recipiendaria. La volupta voluptatis iba llenando la concha, su rumor era nuestro temblor. Comenzábamos a repasar la piel, la mirada se hacía muy lenta sobre aquella superficie en extremo pulimentada, la mirada parecía reinventar por anticipado la lentitud cariciosa. El bastón de jade de Fou Hi casi indiferenciado con el agua, engendrando la familia del Emperador, se hundía, reaparecía, grititos, dientes de ratón blanco, se salpicaban de espumas".

El poeta cubano era en verdad un hombre con sino propio. "Lo esencial del hombre es su soledad y la sombra que va proyectando en el muro", eso pensaba, acaso definiéndose no sólo como persona sino también como artista. Creía en la voluntad creadora, en el "virgo potens", en "ir a los orígenes para encontrar orígenes nuevos", en el "potens por la imagen" y en las potencialidades de "lo imposible moviéndose en la infinitud". Leerlo es pues un gran desafío para la imaginación. Muchos lectores le temen a su hermetismo, pero Lezama nunca temió a la oscuridad: "el hombre actual olvida que si no tiene oscuro, no puede tener iluminaciones", escribió. Nunca temió a la oscuridad. "Sólo lo difícil es estimulante". Eso creía. Y se atrevió a definir gozosamente la poesía como "un caracol nocturno en un rectángulo de agua".

Alguna vez y a todas horas

Llevo
tu beso
dibujado
entre los labios

las manos
untadas de ti

enamorada
de tu vientre
la nariz

los ojos
atrapados
en tu cuerpo

Así de sol
y de sombra
me abandonas
por el mundo

ciego de flores
en la tarde

y enfermo
de ti

a todas horas

Nos Otros


VIENEN DE LEJOS
DESCALZOS
Sudando el azufre y las horas
Con un poco de la muerte haciéndoles cosquillas en la panza
Quemados en carbón y miseria
Salvando espinas
Bufando bajo la greña del sol endemoniado

¿Quién va a contarnos sus historias
Quién les abrirá el ojo de la aguja y les dará de beber
Y a qué dios podrán cobrarle un día la esperanza…?

No escriba poemas de amor

Hace ya muchos años, Rainer Maria Rilke le advertía en sus cartas al joven poeta Franz Xaber Kappus lo siguiente: Mi muy estimado señor: ...No escriba poemas de amor. Se ha de tener presente, sin embargo, que no hay que tomarse muy en serio las recomendaciones de un poeta. El mismo Rilke, contraviniendo sus propias palabras, escribió centenas de poemas de amor.

Escribió:

y hay un lugar en mí que está vacío
para todo lo tuyo que no sé.

Escribió:

A todo aquello que a través de mi infancia
sin nombre aún refulge, como el agua,
le voy a dar tu nombre en el altar
que está encendido de tu pelo
y coronado, leve, como tus pechos.

Escribió:

Tú, ¿qué tendrías que decirme
y qué importancia tienes para mi alma
cuando se inclina tu mirada
ante lo no expresado y próximo?

Escribió:

¿Cómo he de sujetar el alma, para
que no roce la tuya? ¿Cómo alzarla
por encima de ti, hacia otras cosas?

Escribió:

Apágame los ojos: puedo verte;
ciérrame los oídos, puedo oírte;
y aun sin pies puedo andar para alcanzarte,
y aun sin boca puedo conjurarte.
Ampútame los brazos, y te agarro
con este corazón, como con una mano;
detén mi corazón, y latirá el cerebro,
y si lanzas el fuego a mi cerebro
te llevaré sobre mi sangre.

Y escribió y escribió y escribió, mientras Kappus leía y leía y leía cartas y cartas y cartas pasivamente.

lunes, febrero 13, 2006

Como si de eso se tratara


Es un hecho:
Muertos todos los poetas
Resulta un gran alivio empezar a escribir poemas y más poemas
Inundar la red de palabras y más palabras y aún más palabras
Mostrarse al mundo en todas las pelotas
Revelarle todas las espigas
Todas las hendijas
Regalar pelos y señales para todos
Poder decir palabrotas incluso
Como si se tratara de un gran acto de excreción
Como si nos aliviáramos del peso de la historia…
Como si de eso se tratara la libertad
¿Será sólo eso?
¡Dios mío! (hay que repetirlo) ¿por qué nos has atolondrado!

Cuentan, cantan...

el viento
silva pájaros

las horas gruñen

y arrulla peces el mar

Turno de cantearse

Buscaba una palabra, un mundo buscaba: PEREGRINA, nombre con el que se designaba un juego infantil semejante al de la rayuela… Y se me ocurrió buscar en el diccionario. Allí encontré, entre otras cosas, lo siguiente:

Peregrino, na. (Del lat. peregrīnus). adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas. 2. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario. 3. Dicho de un ave: Que pasa de un lugar a otro. 4. Dicho de un animal o de una cosa: Que procede de un país extraño…

De cierta manera, la experiencia que hoy comienza con esta página, tiene algo de peregrina… Ando por tierras extrañas. Voy, como tantos otros, por sitios extraños (santuarios y demoniarios), con devoción y sin ella. Paso de un lugar a otro, de una a otra y a otra página. Y, para colmo, vengo de un extraño país, oriundo de la noche, liviano, entrañable…

De todas maneras, como el niño que fui, inocente y peregrino, entre saltos, me arriesgo al juego lanzando por vez primera la chata.