lunes, abril 28, 2008

De lo imposible cotidiano

1

Hay un poema que espera
Que te busca o me pierde
Cuando la ciudad es ausencia
Laberinto de aceras grises
Oscuro panteón de los deseos

2

Tan imposible la belleza
Tan espejismo
Fantasma recurrente
Hueco de formas
Frías
Tiritando
En el color de la esperanza
Bajo la luna nueva y primitiva
Que hoy como ayer ocultan las nubes

3

En medio de todo esto
Hemos tratado de hacer
La realidad del amor
Pero
No siempre la gracia
Bendice nuestro instante

domingo, abril 13, 2008

Del placer, del texto…

Leer (a Barthes, a Cortázar, al universo) en el pla(ser… En la carne y el espíritu del que le place ser. Desplazarse, en alegre procesión intelectual, hacia esas diminutas configuraciones de la tinta. Descubrir el cuerpo del deseo. Y escribir. Escrib(ir hacia tantos mundos posibles, cercanos y distantes). Sentir el planeta de otro modo. Sentirse de otro mundo. Y “nunca excusarse, nunca explicarse”… Experimentar el goce de la lectoescritura una mañana cualquiera, como quien viaja o se deja viajar por otro cuerpo, macho y hembra entrelazados en el beso, por esos senderos indecibles, inciertos, del deseo. Por el lenguaje de la carne estremecida. ¿Le aburre a usted? Mis condolencias… De cierta manera, aburrirse es no tener, no poder, no querer, no ser… Problema personal. Hay tantas cosas, tantas geografías, tantas historias, tantos paisajes, tantos libros, tantas palabras… ¿En cuál esquina del tiempo se queda, usted, parado, varado, sumido en la des-gracia…? Habrá que vivir por usted. Leer su no-historia y escribir. Recordarle la vida, con su doxa y su paradoxa, con su dialéctica de sol y sombra… Que a cada dolor parece corresponderle su cuota de placer. A cada lector su texto. Y hay tantas cosas por escribir. Y a cada yo… su otro, su murmullo, la sustancia del deseo…