miércoles, diciembre 31, 2008

Ante las maquinarias de la muerte

A LA
LÓBREGA LUZ
DE LOS NEGROS AGUJEROS
DEL TIEMPO

desde
la columna
cotidiana
de la duda

he aquí
desnuda
y magra
la mirada

tropezando
con la cara
de un fantasma pasmado
en el espejo

he aquí
los pies
la voz
el sino
frente
a los deberes oscuros
de la ley

he aquí
mi yo de plástico
perplejo
vulgar
enajenado
ante el orden siniestro del mundo

he aquí
las esperanzas
convertidas en desmanes

he aquí la historia sin fin
ante las hordas aviesas
de banqueros y gobernantes
de palabreros y traficantes
y otros patanes sanguinarios

y otra vez
he aquí
¡hasta cuándo!
el hombre tosco
que sale
con mi nombre
a caminar
A
B
I
S
M
Á
N
D
O
S
E
¡PARDO!
—REPUGNANTE—
sobre el lomo del asfalto...