Y
mis
manos
se perdían
y
bogaba
conmigo
la noche
sin retorno
ligera
como
ala
de abeja
sobre el curso
de un río de miel
y llevaba los ojos cerrados
perdiendo el rostro del que fui
y entre
las hojas
de los árboles oscuros
invisibles
cantaban un beso las aves del viento
y en la ribera
todas las caras eran una sola
y hacia mí
de pronto
sobre el temblor del minutero
venía tu cuerpo
danzando
abierto en pétalos y verbos...
domingo, noviembre 02, 2008
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1 comentario:
Gracias, Peregrino, por tu comentario en mi blog Cráteres. Me gustan mucho tus entradas y en lo susesivo te leeré con habitualidad. Entre mis blogs literarios favoritos están también
decir-lo-indecible.blogspot.com
y
seleccion-de-poemas.blogspot.com
Podrías, si te parece, echarles un vistazo a ver si a ti también te motivan.
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