domingo, abril 13, 2008

Del placer, del texto…

Leer (a Barthes, a Cortázar, al universo) en el pla(ser… En la carne y el espíritu del que le place ser. Desplazarse, en alegre procesión intelectual, hacia esas diminutas configuraciones de la tinta. Descubrir el cuerpo del deseo. Y escribir. Escrib(ir hacia tantos mundos posibles, cercanos y distantes). Sentir el planeta de otro modo. Sentirse de otro mundo. Y “nunca excusarse, nunca explicarse”… Experimentar el goce de la lectoescritura una mañana cualquiera, como quien viaja o se deja viajar por otro cuerpo, macho y hembra entrelazados en el beso, por esos senderos indecibles, inciertos, del deseo. Por el lenguaje de la carne estremecida. ¿Le aburre a usted? Mis condolencias… De cierta manera, aburrirse es no tener, no poder, no querer, no ser… Problema personal. Hay tantas cosas, tantas geografías, tantas historias, tantos paisajes, tantos libros, tantas palabras… ¿En cuál esquina del tiempo se queda, usted, parado, varado, sumido en la des-gracia…? Habrá que vivir por usted. Leer su no-historia y escribir. Recordarle la vida, con su doxa y su paradoxa, con su dialéctica de sol y sombra… Que a cada dolor parece corresponderle su cuota de placer. A cada lector su texto. Y hay tantas cosas por escribir. Y a cada yo… su otro, su murmullo, la sustancia del deseo…

5 comentarios:

Libelula De Azul dijo...

Hacía ya tanto que no escribías, que era lógico que escribieras sobre el placer en tu "come back". Gracias por tan lindas palabras!

Rosa Silverio dijo...

Me encantó esta entrada, Orlando. Imagino que sabes que me sentí totalmente identificada.

Abrazos.

Daniela Cruz Gil dijo...

Buenas razones, excelente explicación. Escribir y leer, vivir en dos o más sentidos...

Unknown dijo...

Es maravilloso...Como todo lo que haces.
Gracias por existir y compartir tu existencia con la mia.
Que Dios te colme de dichas...
Tu amiga Yasmin.Pina.A

Orlando Muñoz dijo...

Gracias a todas por visitar esta página, por leer los textos, por sus comentarios. A Sarah por la motivación, a Rosa por la identificación, a la Pequeña Arara por el halago, y a mi querida Yasmín por que al parecer no sabe hacer otra cosa que regalar de su belleza al mundo... Más que bendecido me siento. Besos y abrazos les debo.