domingo, marzo 19, 2006
Tres treinta de fantasía...
Y
mis
manos
se perdían
y
bogaba
conmigo
la noche
sin retorno
ligera
como
ala
de abeja
sobre el curso
de un río de miel
y llevaba los ojos cerrados
perdiendo el rostro del que fui
y entre
las hojas
de los árboles oscuros
invisibles
cantaban un beso las aves del viento
y en la ribera
todas las caras eran una sola
y hacia mí
de pronto
sobre el temblor del minutero
venía tu cuerpo
danzando
abierto en pétalos y verbos...
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1 comentario:
Todo depende. El amor, por ejemplo, si te encanta, no una ni dos, tienes que hacerlo muchas, muchas veces...
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