No
el broche rojo,
sino tú.
No los
ojos: la mirada.
No
los labios: el beso.
Ni tu mano: la caricia.
Pero sí
todos tus peligros:
toda la Belleza, tú.
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Se trata de palabras. Ellas definen el universo. Nos contienen. Nos aturden. Nos acarician. Nos liberan. Nos atrapan. Por ellas, con ellas, peregrinamos por la vida...
2 comentarios:
woooooooow!!
Que rico ser el impulso que movió tus dedos..
No me lo creo...
:)
"en algo o en alguien tal vez.."
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